lunes, 4 de febrero de 2008

ELTEMPLO DEL PLACER

Un instante en EL TEMPLO DEL PLACER...


Ambos estaban agitados, la atracción venía de semanas de solo verse en algún café y hablar por teléfono a cerca de un encuentro a solas
El clima por esos lugares es ideal, sin viento y la noche guarda el calor del día
En la terraza las aguas estaban calmas y reflejaban las luces del jardín
Ella se despojó de sus sandalias y sumergió un pie en la piscina, el liquido plateado estaba tibio
Él retiró su jeans con suma sutileza, mientras se besaban, ella lo imitó
En ropas íntimas fueron bajando las escaleras
Abrazados y besándose quitaron el resto de las ropas
Él se sumergió por completo, ella al borde lo esperó a que bajara besándola desde su cara, cuello, pechos, abdomen, muslos
Mientras le besaba amoroso y furiosos bajo su vientre ella tomaba sus cabellos y lo besaba
Él sus manos posaba ansioso por su cuerpo
Ella se dejaba hacer
Hasta que se sintió emerger desde abajo hasta salir medio cuerpo del agua
Suave y tibio lo bañó con su líquida explosión, era urgente
Y él seguía el juego paseándose por todo su cuerpo haciéndole más y más temblores, gemidos y fluidos
Para concluir él con la suya en una ronca expresión que rompió el silencio de la noche lejos de la ciudad
Al salir de las olas provocadas por sus ritmos, se arroparon, bebieron el resto del vino
Durmieron abrazados y diciéndose palabras al oído hasta que cantó la primera ave matinal
De manera natural, como una antigua pareja hicieron el amor al despertar
Salieron de la gran cama, ella, el café muy negro y amargo, él ocupándose de los alimentos para desayunar. Ella perezosa se duerme en el sofá
Al despertar la lleva a la ducha y juntos regresan a la complicidad de las gotas y su excitación con el final esperado
Juegan a secar sus cuerpos y se visten y disfrutan la comida que él, como buen chef, ha preparado
De regreso, las manos juntas, besos furtivos y poca conversación
Un hasta pronto
Sin ninguna clase de compromisos
Sólo la casualidad los llevó al placer
En la puerta de su casa, ella sabe lo que le espera
Él nunca lo supo, hasta hoy no lo sabe
Ella quedó con la sensación de haber cumplido con las ganas, saciada el hambre
Todo se acaba, sólo es instinto animal
Con deberes
Con el rezo que casi olvidó del colegio de monjas de hace tanto ya…